**Surgen dudas por esquema de seguridad en ataque a Miguel Uribe Turbay: Gustavo Petro pide investigar**
Un intento de homicidio sacudió a Colombia el día de ayer cuando el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay fue atacado a tiros durante un mitin en Modelia. Eran las 4:40 de la tarde cuando un adolescente de 14 años, presunto sicario, disparó tres veces a Uribe, quien se encontraba rodeado de seguidores. El ataque generó pánico y caos en la comunidad, con la gente tirándose al suelo y corriendo despavorida.
Lo más alarmante del incidente son las serias fallas en el esquema de seguridad del candidato. A pesar de contar con escoltas, varios videos evidencian la ausencia de protección adecuada, dejando expuesta su espalda y permitiendo que el atacante se acercara a tan solo dos metros. Gustavo Petro, presidente de Colombia, exigió una investigación exhaustiva sobre los protocolos de seguridad que fallaron gravemente en este caso.
El joven sicario, que logró escapar inicialmente, fue detenido poco después, herido en la pierna. En su arresto, clamó: “¡Lo hice por plata!”, sugiriendo una posible motivación económica detrás del ataque. Las autoridades han comenzado a indagar sobre una mujer que fue vista hablando con el atacante momentos antes del incidente, lo que añade un nuevo nivel de misterio a la investigación.
El ministro de Defensa anunció una recompensa de hasta 3,000 millones de pesos por información que conduzca a los responsables intelectuales del atentado. La situación es crítica; la seguridad de los candidatos en Colombia es un tema delicado, especialmente con las elecciones a la vista. Las autoridades deben actuar rápidamente para esclarecer este intento de asesinato y garantizar que tales incidentes no se repitan.
El clima político se torna cada vez más tenso, y la seguridad de los líderes políticos está en juego. Uribe Turbay, cercano al expresidente Álvaro Uribe Vélez, se encuentra en el centro del debate sobre la protección y la seguridad en un contexto electoral que promete ser desafiante. Este ataque no solo pone en riesgo a un candidato, sino que también cuestiona la eficacia de las medidas de seguridad en un país que aún lucha con la violencia política.