La trágica historia de Valeria Márquez ha conmocionado a México, donde su funeral se llevó a cabo de manera apresurada en tan solo seis horas. La madre de Valeria, visiblemente afectada, reveló que, según la tradición mexicana, su hija debería haber sido velada en casa durante tres días. Sin embargo, debido a circunstancias desgarradoras, la familia optó por un entierro inmediato.
El funeral, que careció de velas y donde el ataúd permaneció abierto, estuvo marcado por la escasa asistencia de dolientes, muchos de los cuales vestían de manera informal. La decisión de abrir el ataúd fue motivada por el deseo de la madre de Valeria de que su hija fuera recordada en su mejor forma, ya que la joven siempre se preocupaba por su apariencia. Además, las altas temperaturas en México, que superaban los 30 grados Celsius, hicieron que la madre no pudiera soportar la idea de ver a su hija descomponiéndose.
La situación se vio agravada por el hecho de que el asesino de Valeria aún no ha sido capturado, lo que ha dejado a la familia en un estado de vulnerabilidad. Para garantizar su seguridad, la policía tuvo que implementar medidas de protección durante el funeral, ya que cualquier retraso podría haber interferido con la investigación en curso y puesto en riesgo a los asistentes.
La premura y las circunstancias inusuales que rodearon el entierro de Valeria Márquez reflejan no solo el dolor y la pérdida, sino también la amenaza continua que enfrenta su familia. Este trágico suceso pone de manifiesto la urgencia de abordar la violencia en el país y la necesidad de justicia para las víctimas y sus seres queridos.