Una semana después de la asunción del Papa León XIV, su hermano John Prebost ha roto el silencio, generando conmoción en el mundo con revelaciones sobre la presión y dificultades que enfrenta la familia tras el ascenso de su hermano al papado. En un momento inesperado y sincero, John compartió sus sentimientos en una entrevista, expresando que ha estado “mordiendo su lengua” ante las especulaciones en redes sociales sobre la nueva vida de su hermano.
El nuevo Papa, conocido como Rob en su círculo familiar, se ha mantenido fiel a sus raíces y a la cercanía con sus seres queridos, a pesar de la atención global que ahora lo rodea. En un relato conmovedor, John recordó la sorpresa y alegría que sintieron al enterarse de la elección de Rob como Papa, describiendo un momento de pura incredulidad en su hogar. Sin embargo, este cambio también implica una distancia emocional y física, ya que las visitas familiares ahora requieren de un pasaporte y autorización de seguridad.
La vida de Rob Prebost, que comenzó en una modesta casa en el sur de Chicago, ha sido marcada por la dedicación y el sacrificio. Desde su infancia en la parroquia de Santa María de la Asunción, donde su familia estuvo profundamente involucrada, hasta su formación en el seminario y su labor misionera en Perú, su trayectoria ha sido un testimonio de devoción. John y su hermano Luis han destacado que, a pesar de su nueva posición, Rob sigue siendo el mismo de siempre, un hombre que no ha olvidado su pasado ni a las personas que lo acompañaron en su camino.
Mientras el mundo observa cómo el Papa León XIV guiará a la Iglesia Católica en tiempos complejos, su familia vive una mezcla de orgullo y melancolía por la distancia que su nuevo rol implica. John concluyó su reflexión con una pregunta que resuena: “¿Alguna vez podremos verlo a menos que vayamos allá?” Este dilema encapsula la lucha entre el deber y la conexión familiar en este nuevo capítulo de la historia del catolicismo.