**La maraña criminal que revela el atentado a Miguel Uribe en Bogotá**
En un giro alarmante de los acontecimientos, la investigación del atentado contra Miguel Uribe, precandidato a la alcaldía de Bogotá, ha desenterrado una compleja red de criminalidad organizada que sacude la capital colombiana. A más de dos semanas del ataque, la policía ha capturado a cuatro individuos, incluyendo a un menor de 15 años, quien disparó el arma. Este joven, que se presume fue reclutado por una red de sicariato, estaba armado con una pistola Glock de alto costo, introducida ilegalmente desde Estados Unidos.
Los detalles son escalofriantes: Caterine Martínez, una de las capturadas, admitió haber transportado el arma, mientras que otros cómplices facilitaron la fuga del tirador. Sin embargo, la figura clave que aún escapa a la justicia es Elder Artiaga, alias “el costeño”, señalado como el cerebro detrás del atentado. La recompensa de 300 millones de pesos ofrecida por su captura subraya la urgencia de la situación.
La fiscalía ha revelado que el menor no actuó solo, sino que fue parte de una estructura criminal bien organizada. Las conexiones entre este ataque y grupos armados, como las disidencias de las FARC, el Clan del Golfo y el crimen organizado ecuatoriano, están siendo investigadas. La posibilidad de que estas organizaciones estén detrás del atentado plantea serias preguntas sobre la seguridad política en el país.
Mientras las autoridades trabajan para desentrañar esta maraña criminal, el ambiente en Bogotá se torna tenso. Las alarmas suenan sobre la creciente violencia y el papel de los jóvenes en el crimen organizado, reflejando una crisis que va más allá de un simple atentado. La ciudad observa con preocupación cómo se desenvuelven los acontecimientos, con la esperanza de que la justicia prevalezca en medio de este caos.