La muerte de Enriqueta Jiménez, conocida como “La Prieta Linda”, ha desenterrado secretos oscuros sobre la relación con su hermana, la icónica Flor Silvestre, que podrían cambiar la percepción del legado de ambas en el espectáculo mexicano. En un fragmento inédito de una entrevista rescatada tras su fallecimiento en 2021, Keta revela una rivalidad marcada por el dolor, los celos y una traición devastadora: ambas se enamoraron del mismo hombre, el célebre Antonio Aguilar. “Ella sabía que él era mi novio… y aún así lo hizo”, confiesa Keta entre lágrimas, dejando al descubierto un triángulo amoroso que desgarró su relación.
Flor, convertida en reina del cine de oro y matriarca de la dinastía Aguilar, parece haber utilizado su creciente poder en la industria para bloquear oportunidades a su hermana. Fuentes anónimas apuntan a que Keta fue despojada de papeles importantes en producciones cinematográficas, lo que avivó aún más la rivalidad entre ellas. Mientras Flor acumulaba fama y reconocimiento, Keta se retiraba poco a poco, refugiándose en la música y el silencio.
El distanciamiento entre las hermanas se profundizó cuando Keta enfrentó un embarazo no planeado y buscó apoyo en Flor, quien se negó a ayudarla. Este rechazo dejó una herida emocional que nunca sanó, y Keta nunca asistió a homenajes ni colaboró con su hermana, incluso en sus últimos años. En cartas no publicadas, Keta expresa su dolor y resentimiento, afirmando que “la traición más profunda no fue quitarme un hombre, fue negarme la mano cuando más lo necesitaba”.
Hoy, el legado de Flor Silvestre brilla intensamente, pero a la sombra de su éxito se ocultan secretos familiares que podrían cambiar la narrativa de una de las familias más queridas de México. La historia de amor, éxito y traición entre las hermanas Jiménez sigue resonando en el corazón del espectáculo mexicano, recordándonos que detrás de cada sonrisa pública puede haber un drama oculto.