Así escapó Priscila: dos años atrapada entre cámaras y guardaespaldas.


En un impactante testimonio, Priscila Sam revela su aterradora experiencia de dos años de cautiverio a manos de Salvador, su expareja, quien la mantuvo bajo un estricto control en México. Desde su llegada en 2022, Priscila fue atrapada en una red de manipulación y violencia, donde la vigilancia constante de cinco escoltas y un sistema de cámaras la privaron de su libertad.

Priscila narra cómo, tras una rápida relación, Salvador la convenció de mudarse con él, despojándola de su celular y aislándola de su familia. Su vida se convirtió en un infierno, donde el miedo y la violencia eran cotidianos. “Me empujó, me tiró al piso y me decía ‘muérete'”, relata, describiendo un ambiente de terror que culminó en un intento desesperado de escapar.

Con la ayuda de su hermana y una mujer que había sufrido a manos del mismo agresor, Priscila planificó su huida. A pesar del pánico, logró obtener los pasaportes y prepararse para el momento crucial. En un giro inesperado, la llegada de la policía a la casa de Salvador creó una oportunidad de escape. Sin embargo, el camino hacia la libertad estaba lleno de peligros.

Al salir, se encontró con un escolta que intentó detenerla, pero su determinación fue más fuerte. “Salí corriendo con el bebé”, recuerda, mientras el terror la perseguía. Con un agresor armado a la vista, Priscila tuvo que actuar rápido y con astucia para evadir la situación.

Finalmente, logró salir del fraccionamiento y dirigirse a la seguridad de las autoridades. Su historia es un poderoso recordatorio de las luchas que enfrentan muchas mujeres en situaciones similares y la valentía necesaria para buscar la libertad. Priscila Sam, ahora libre, se convierte en un símbolo de resistencia y esperanza en la lucha contra la violencia de género.