El Rey Felipe VI ha confirmado la separación con Doña Letizia en un contexto que ha dejado a España y a la comunidad europea en estado de shock. Este anuncio, que se produce en medio de la Carrera Popular por el aniversario de su proclamación, resalta la creciente distancia entre la pareja real, una situación que muchos ya anticipaban.
La carrera, que reunió a miles de corredores en las emblemáticas calles de Madrid, se convirtió en un escenario inesperado para un anuncio tan trascendental. Desde la Plaza de Oriente hasta el Palacio Real, los participantes celebraron el deporte como un vehículo de unidad y superación, mientras que la ausencia notable de la Reina Letizia suscitó murmullos y especulaciones. La imagen del Rey, corriendo solo, proyectó un mensaje de fuerza y determinación, pero también subrayó la crisis que se cierne sobre la familia real.
Felipe VI, en un emotivo mensaje, destacó la importancia del deporte para alcanzar metas que parecen imposibles, un discurso que resonó en el corazón de los asistentes. Sin embargo, el eco de sus palabras se vio opacado por la falta de su esposa, quien no estuvo presente en un evento que debería haber simbolizado la unidad familiar y monárquica. Esta situación ha reavivado rumores de una separación inminente, que algunos expertos en la realeza ya habían pronosticado.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, calificó la carrera como histórica, pero la sombra de la separación real ha puesto en tela de juicio la estabilidad de la monarquía en un año tan significativo. Mientras los corredores cruzaban la meta en un ambiente festivo, la realidad de una crisis matrimonial se hacía cada vez más palpable, dejando a la opinión pública preguntándose sobre el futuro de la institución que Felipe VI representa. La ausencia de Doña Letizia, lejos de ser un simple detalle, se ha convertido en un símbolo de un matrimonio en crisis, un drama que trasciende la esfera privada y afecta la percepción de la monarquía en España.