El atentado contra Miguel Uribe Turbay puso los ojos del mundo sobre Colombia.


Un atentado impactante contra el senador colombiano Miguel Uribe Turbay ha sacudido al país y ha captado la atención mundial, evocando recuerdos de las épocas más oscuras de la violencia política en Colombia. Durante un acto de campaña en Bogotá, Uribe Turbay, crítico del actual gobierno y precandidato presidencial, fue atacado a tiros, lo que ha desatado una ola de condenas a nivel internacional y ha puesto en jaque la estabilidad democrática del país.

Los principales medios de comunicación global han comparado este ataque con los asesinatos de líderes políticos en las décadas de 1980 y 1990, recordando los oscuros episodios de violencia que marcaron esa era. El diario español El País y el estadounidense New York Times han resaltado la gravedad del ataque, que revive temores de que Colombia regrese a un pasado de terror y amenazas políticas. El senador, cercano al expresidente Álvaro Uribe, se encuentra en recuperación tras una cirugía de emergencia después de recibir varios disparos.

El presidente Gustavo Petro ha prometido una investigación exhaustiva y la captura de los responsables, mientras que líderes mundiales, incluyendo a Marco Rubio de EE.UU. y Gabriel Boric de Chile, han condenado el ataque como una amenaza directa a la democracia. La violencia política, según estos líderes, no puede ser tolerada en una sociedad que busca avanzar hacia una mayor estabilidad y paz.

Las reacciones han sido rápidas y contundentes. Desde el gobierno de México hasta la Unión Europea, se han expresado preocupaciones sobre la seguridad de los candidatos políticos en el contexto de las elecciones de 2026. Este atentado no solo representa un ataque a una figura política, sino un grito de alarma sobre la fragilidad de la democracia en Colombia.

La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos, mientras el país se enfrenta a una crisis que podría definir su futuro político. La vida y la seguridad de los líderes en Colombia están en el centro del debate, y la urgencia por proteger la democracia nunca ha sido más crítica.