**El Viaje de Divina Gloria: Entre la Luz y la Oscuridad de la Vida en el Escenario**
Divina Gloria, la icónica figura del espectáculo argentino, se sumerge en una conversación reveladora que no solo explora su carrera artística, sino también los oscuros pasajes de su vida, desde su experiencia en la cárcel hasta la profunda conexión con su familia. En una reciente entrevista con Sebastián Soldano, Gloria desnudó su alma y compartió momentos que han marcado su existencia, creando un relato que es tanto conmovedor como intrigante.
“Jamás olvidaré el olor de la cárcel”, dice con una mezcla de nostalgia y desdén, refiriéndose a los siete días que pasó tras las rejas a los 18 años. La anécdota de su detención es solo uno de los muchos episodios de su vida que refleja la fragilidad del ser humano en la búsqueda de la identidad y la aceptación. “Estaba en un mundo de amor, y de repente, todo se oscureció”, relata, mientras recuerda el caos de su adolescencia marcada por la muerte de su padre y el tumulto emocional que la llevó a trabajar incansablemente y, en ocasiones, a refugiarse en el alcohol.
Gloria, quien ha sido apodada “la Madonna argentina”, no escapa de su historia familiar, donde el arte y el sufrimiento se entrelazan. La figura de su abuela emerge como un faro en medio de la tempestad, quien le enseñó el valor de la expresión artística y el amor incondicional. “Amé más a mi abuela que a mi mamá”, confiesa, revelando el vínculo especial que la unió a ella y cómo esa relación ha influido en su carrera.
La charla se torna aún más fascinante cuando Gloria se refiere a su relación con el legendario músico Charly García. A pesar de la complejidad de su amor, ella lo describe como “un loco” y reflexiona sobre la naturaleza del amor en su vida: “Los amores son así”, dice, mientras reconoce que la intensidad de sus sentimientos ha dejado huellas imborrables. Sin embargo, hoy en día, su relación con García es inexistente, marcada por la distancia que surge cuando los hombres tienen nuevas parejas. “No quiero hacer daño a nadie”, aclara.
Gloria también habla sobre su más reciente proyecto, un documental titulado “Sangre no es agua”, que explora la historia de los actores judíos en Buenos Aires, conectando su pasado con el presente. “Si no hubiera hecho ese trabajo emocional, no estaría viva”, confiesa, haciendo alusión al impacto que este proyecto ha tenido en su salud mental. A través de su narración, invita a la audiencia a reflexionar sobre la identidad, el arte y la memoria, un viaje en el que los ángeles de su pasado la acompañan.
Este relato íntimo y sincero de Divina Gloria no solo pinta un retrato de una artista valiente que ha navegado por las aguas turbulentas de la vida, sino que también invita a los espectadores a comprender que detrás de cada figura pública hay una historia de lucha y resiliencia. En sus propias palabras, “nunca sabes si tu vida va a continuar”, un recordatorio de que la vida es un espectáculo efímero, donde cada momento cuenta.
Así, Divina Gloria sigue brillando en el firmamento del entretenimiento argentino, no solo como una artista, sino como un símbolo de superación y autenticidad. Con su voz resonando en cada rincón, nos recuerda que, a pesar de las adversidades, siempre hay lugar para la luz en medio de la oscuridad.