El trágico caso del grupo musical “Fugitivo” ha conmovido a México y ha trascendido fronteras, tras el hallazgo de los cuerpos de cinco de sus integrantes, quienes fueron secuestrados la noche del 25 de mayo en Reynosa, Tamaulipas, mientras se dirigían a una presentación privada. La noticia ha generado una ola de protestas y vigilias por parte de familiares y amigos, quienes exigen justicia y respuestas claras sobre lo ocurrido.
El grupo, conocido por sus baladas y corridos, estaba compuesto por jóvenes de entre 20 y 40 años. Aquella fatídica noche, los miembros viajaban en una camioneta GNC negra hacia su destino en la colonia Riveras del Río. Sin embargo, el vocalista principal, Carlos González, no se unió a ellos, lo que le salvó la vida. Al no recibir noticias de sus seres queridos, las familias comenzaron a buscarlos, y la situación se tornó crítica.
Después de 70 horas de incertidumbre, las autoridades localizaron la camioneta abandonada y posteriormente confirmaron el hallazgo de los cuerpos. Las primeras investigaciones sugieren que los músicos fueron secuestrados alrededor de las 10 de la noche del domingo, siendo trasladados a un predio donde finalmente perdieron la vida. Sin embargo, las familias denunciaron que no fueron notificadas adecuadamente y exigieron pruebas genéticas para confirmar las identidades de las víctimas, antes de que se hicieran anuncios públicos sobre su muerte.
La Fiscalía del Estado ha señalado al Cartel del Golfo, específicamente a la facción “Los Metros”, como posible responsable del crimen. Nueve personas han sido detenidas, aunque no se han revelado sus nombres ni las pruebas que los vinculan al caso. Se ha mencionado un posible altercado motivado por celos entre un miembro del cartel y uno de los músicos, aunque esta hipótesis no ha sido confirmada.
A medida que la investigación avanza, la comunidad y las familias de los afectados insisten en que no descansarán hasta obtener justicia y respuestas definitivas sobre el destino de los integrantes de “Grupo Fugitivo”.