Alerta en redes sociales: la streamer Alana Flores, de 24 años, ha denunciado una grave violación a su intimidad. Una fotografía editada que la muestra en actos sexuales ha comenzado a circular, generando una ola de polémica y ataques en su contra. Alana, conocida por sus transmisiones en vivo y su carrera como boxeadora semiprofesional, se ha visto atrapada en un torbellino de rumores y odio tras su relación con el jugador del América, Sebastián Cáceres.
La imagen, que ha sido manipulada, ha forzado a Alana a salir públicamente para desmentirla. “Es una imagen falsa de mí que está siendo difundida en redes sociales, alterada ya sea por inteligencia artificial o por una persona”, declaró visiblemente afectada. “No tengo fotos ni videos haciendo actos sexuales, no tengo OnlyFans. No tengo que defenderme de mentiras, pero tampoco las voy a dejar pasar”, añadió con firmeza.
La situación ha escalado a tal punto que Alana ha tenido que buscar atención médica debido al impacto emocional que esto le ha causado. Las redes sociales, que deberían ser un espacio de conexión, se han convertido en un campo de batalla donde el ‘hate’ se propaga sin control. “Nunca había llegado tan lejos”, expresó, subrayando la gravedad de la situación.
Es crucial recordar que la alteración de imágenes con fines de violación a la intimidad sexual es un delito que se debe castigar. La comunidad debe unirse para proteger a las víctimas de este tipo de agresiones y poner fin a la cultura del odio y la desinformación que afecta a figuras públicas como Alana. La denuncia de Alana es un llamado a la acción: no más impunidad ante el acoso digital.