En una conmovedora homilía pronunciada el pasado 1 de junio de 2025, el Papa Francisco reflexionó sobre la importancia de la unidad y el amor en las familias, en el marco de la celebración de la Ascensión del Señor. Durante su discurso, el Pontífice destacó cómo Jesús, en la última cena, elevó una oración por la humanidad, instando a que todos seamos uno, un mensaje que resuena con fuerza en el contexto actual de divisiones sociales y familiares.
El Papa enfatizó que la unidad no debe entenderse como una mera colectividad anónima, sino como una comunión profunda basada en el amor divino que Dios tiene por cada uno de sus hijos. “El Señor no quiere que nos unamos como un bloque indistinto, sino que seamos uno como el Padre está en mí y yo en ti”, afirmó, subrayando la necesidad de construir relaciones significativas en todos los ámbitos de la vida.
En el marco de un jubileo dedicado a las familias, el Papa recordó que todos somos fruto de relaciones que nos sostienen y nos dan vida. “La humanidad a veces se ve traicionada cuando se invoca la libertad para quitar la vida en lugar de protegerla”, advirtió, instando a los presentes a ser portadores de paz en un mundo marcado por el conflicto.
El discurso también incluyó un llamado a los matrimonios, destacando que su unión es un modelo del verdadero amor y un reflejo del amor de Dios. “El matrimonio no es un ideal, es el modelo del amor total, fiel y fecundo”, afirmó, animando a las parejas a ser ejemplos de coherencia para sus hijos.
Finalmente, el Papa Francisco cerró su homilía con un mensaje de esperanza, recordando que el amor eterno de Dios nos invita a ser uno en el Salvador, abrazados por la luz de la Pascua. Este mensaje resuena con urgencia en tiempos de incertidumbre, invitando a todos a buscar la unidad y la reconciliación en sus vidas.