**”El Último Eco de la Música: El Testimonio de un Sobreviviente”**
En una reveladora confesión, Carlos González, el único sobreviviente del Grupo Fugitivo, ha destapado un oscuro secreto que rodea a la banda, que ha dejado a la industria musical atónita. En un desgarrador video, González comparte cómo una simple llanta desinflada le salvó la vida el 25 de mayo de 2025, cuando sus cuatro compañeros fueron asesinados en un ataque brutal que, según él, no fue una coincidencia, sino una ejecución planificada.
“Yo no debería estar aquí”, asegura González, quien relata la tensión que vivió mientras cambiaba la llanta de su vehículo, ajeno al horror que sus amigos estaban a punto de enfrentar. Lo que parecía un día como cualquier otro se convirtió en una pesadilla. Al llegar al sitio de encuentro, se encontró con un silencio perturbador, el presagio de la tragedia que se había desatado. “Sus gritos, sus súplicas, están atrapados en mí”, confiesa con una voz quebrada.
González revela que el Grupo Fugitivo no solo era conocido por su música norteña y cumbias, sino también por sus presentaciones en eventos oscuros vinculados al crimen organizado. “Detrás de cada show había un secreto”, explica. Con cada acorde, la banda se convirtió en parte de un engranaje criminal, tocando para hombres armados y presenciando pactos que desnudaban una realidad escalofriante.
“Si callo, me convierto en cómplice”, dice González, ahora atrapado entre la responsabilidad de ser el último testigo y el temor por su vida. Con cada palabra, el peso de sus compañeros caídos lo empuja a hablar, a romper el silencio que ha cercado a la música con sangre. Mientras el mundo se pregunta si su salvación fue un acto divino o pura casualidad, él clama por justicia y verdad.
La historia de Carlos González es un grito desesperado por la atención a una tragedia que muchos prefieren ignorar. “La música nunca debería estar manchada con sangre”, concluye, mientras su vida pende de un hilo y su voz se convierte en el eco de aquellos que ya no pueden hablar.