La influencer Alana Flores ha desatado una fuerte controversia tras la difusión de un video que ella misma califica como “prohibido”. A través de un comunicado, Alana aseguró que las imágenes que han circulado en las redes sociales son falsificaciones creadas mediante inteligencia artificial, también conocidas como deep fakes. En un emotivo video, la joven expresó su indignación y tristeza por la situación, afirmando que no posee ninguna fotografía o video de contenido inapropiado.
“Hoy decido abrir un poquito mi corazón”, dijo Alana, destacando que esta no es la primera vez que enfrenta ataques de este tipo, aunque admitió que esta ocasión ha sido particularmente grave. En su mensaje, subrayó que las imágenes alteradas han afectado su salud mental y física, llevando incluso a requerir atención médica.
El escándalo se ha intensificado dado que se han especulado vínculos entre ella y el influencer Sebastián Cáceres, lo que ha añadido un nivel adicional de tensión a la situación. Alana, decidida a tomar acciones legales, ha prometido demandar a quienes hayan creado y compartido estas imágenes, dejando claro que “lo van a pagar muy caro”.
El uso de deep fakes ha generado un debate significativo sobre la ética y la desinformación en las redes sociales, ya que esta tecnología puede ser utilizada para manipular la imagen de personas, creando contenido falso que afecta su reputación y bienestar. Alana concluyó su declaración instando a la precaución, señalando que cualquier intento de buscar imágenes o videos falsos sobre ella podría tener graves consecuencias legales.
El caso de Alana Flores resalta la necesidad urgente de abordar los riesgos asociados con la tecnología de manipulación digital, así como la importancia de la protección de la imagen personal en la era digital.