Oro ilegal transforma Pataz: desde piscinas y hoteles hasta centros comerciales | El Comercio


Oro ilegal transforma Pataz: desde piscinas, hoteles hasta centros comerciales

PATAZ, LA LIBERTAD – La transformación de Pataz es asombrosa y alarmante. En un lapso de ocho meses, este distrito ha pasado de ser un lugar rural a un bullicioso centro de prosperidad impulsado por la minería ilegal del oro. Edificios modernos, hoteles suntuosos y centros comerciales surgen abruptamente, reflejando una bonanza económica que oculta una oscura realidad de violencia y crimen organizado.

El equipo de El Comercio ha regresado a esta región y ha documentado un paisaje profundamente alterado. El Hotel Orlandos, propiedad del minero Orlando Sánchez, ha sido expandido con un nuevo centro comercial y una gasolinera, un símbolo del poder económico que ejerce la minería ilegal. La riqueza generada por este sector ha superado incluso al narcotráfico, alcanzando los 6000 millones de dólares al año, gracias al dramático aumento del precio del oro, que ha subido de 2300 a 3300 dólares por onza.

Sin embargo, detrás de esta prosperidad se esconde un sinfín de problemas. Las organizaciones criminales han tomado control de la cadena productiva del oro, desde la extracción hasta el transporte. Durante la pandemia, la violencia se intensificó, y los mineros informales comenzaron a contratar bandas para proteger sus cargamentos. Ahora, estas bandas no solo protegen, sino que exigen ser socias en el negocio, llevando a una escalada de asesinatos entre quienes se oponen a esta nueva realidad.

Expertos advierten sobre la necesidad urgente de estrategias efectivas para contrarrestar la violencia que asola a Pataz. En 2023, Perú produjo 77 toneladas de oro ilegal, consolidándose como el epicentro de la minería ilegal en Sudamérica. Las lujosas edificaciones son un reflejo directo de la opulencia que exhiben aquellos que operan al margen de la ley, mientras la comunidad enfrenta un futuro incierto, atrapada entre la prosperidad fugaz y la amenaza del crimen organizado. La historia de Pataz es un recordatorio escalofriante de cómo el oro puede deslumbrar y, al mismo tiempo, destruir.