Una tragedia desgarradora ha sacudido a Villa Crespo, donde una familia entera fue hallada sin vida en su departamento. La madrugada del 21 de mayo de 2025, la empleada doméstica de la familia Selzer descubrió el horror: los cuerpos de Bernardo Adrián Selzer, de 53 años, su esposa Laura y sus dos hijos, Ian e Ivo, de 15 y 12 años, respectivamente, estaban esparcidos en distintas habitaciones, todos con heridas de arma blanca.
Las primeras investigaciones apuntan a una posible masacre familiar, llevada a cabo por Laura, quien, según informes, padecía problemas psiquiátricos y había dejado de tomar su medicación. La escena se complicó aún más con el hallazgo de una carta incoherente escrita a mano en la cocina, sugiriendo un estado mental alterado. Las autopsias confirmaron que Laura había intentado quitarse la vida tras el ataque, lo que llevó a los investigadores a concluir que la madre fue la autora de la atrocidad.
Sin embargo, este caso ha desatado una ola de preguntas inquietantes. ¿Qué llevó a Laura a cometer tal acto? Los vecinos reportaron no haber escuchado gritos, y se cuestiona cómo los niños, uno de ellos de 15 años, no pudieron defenderse. Mientras la comunidad busca respuestas, los especialistas advierten sobre la creciente necesidad de atención a la salud mental, un tema que ha sido históricamente ignorado en Argentina.
En paralelo, las redes sociales arden con la actualización del caso de Valeria Márquez, una influencer asesinada en una transmisión en vivo. Surgen nuevas revelaciones sobre sus amistades, especialmente con Vivían, quien se encuentra en el ojo del huracán mediático. La conexión entre los dos casos, ambos marcados por la violencia y el misterio, mantiene a la sociedad en vilo, clamando por justicia y respuestas. La tragedia de Villa Crespo es un recordatorio aterrador de que el horror puede estar más cerca de lo que imaginamos.