Una conmoción sacude las redes sociales tras revelaciones sobre Valeria Márquez, la influencer de 23 años asesinada hace una semana. Recientes informes indican que estaba embarazada de tres meses antes de su trágico fallecimiento, lo que añade un nuevo nivel de horror a su muerte. Según testimonios, Valeria era vista frecuentemente abrazando un peluche, un comportamiento que ahora cobra sentido ante la noticia de su estado.
Además, se han levantado suspicacias sobre un posible envenenamiento previo al ataque que le costó la vida. Fuentes aseguran que Valeria pudo haber ingerido un sedante en un café, lo que la habría dejado vulnerable e incapaz de defenderse. Este giro oscuro en la historia ha encendido el debate en redes sociales, donde los usuarios cuestionan a sus amigas cercanas, Erika y Vivian, señalando que podrían estar implicadas en el crimen.
Los videos de Valeria en sus transmisiones en vivo muestran un inquietante cambio de comportamiento: mencionó querer modificar su estilo de vida, posiblemente por su embarazo. Sin embargo, esos sueños se tornaron en pesadilla cuando un atacante irrumpió y le disparó, llevándola al extremo de proteger su abdomen con el peluche que tanto abrazaba.
El periodista Javier Seriani ha propuesto que la joven pudo haber sido envenenada como parte de un plan más siniestro, lo que ha dado pie a una ola de teorías conspirativas. La relación entre Valeria y Vivian, marcada por la ambigüedad, ha sido objeto de escrutinio, con rumores que sugieren una conexión más compleja y oscura entre ellas.
A medida que emergen más detalles, la comunidad sigue en shock, preguntándose: ¿quién está verdaderamente detrás de este brutal asesinato? La historia de Valeria Márquez no solo es un recordatorio de la fragilidad de la vida, sino también una advertencia sobre los peligros que pueden ocultarse tras las sonrisas en las redes sociales. La búsqueda de justicia apenas comienza.