El Papa León XIV, oriundo de Chicago y de nacionalidad estadounidense y peruana, realizó su primera misa como pontífice el pasado viernes, donde emitió un ferviente llamado a la Iglesia Católica para intensificar su labor misionera en las áreas más remotas del mundo. En un gesto significativo, el Papa recordó su estrecho vínculo con Perú, el país que lo acogió al inicio de su carrera sacerdotal en 1985.
Robert Francis Privos, quien fue elegido como Papa en la quinta votación del cónclave, ha dedicado su vida al servicio eclesiástico tras graduarse en 1977 en Matemáticas y posteriormente obtener una maestría en Divinidad en 1982. Con habilidades lingüísticas en inglés, español, francés y portugués, ha recorrido numerosos países de América Latina en su papel como prior general de la orden de San Agustín.
Sus virtudes de sencillez y solidaridad han sido elogiadas por sacerdotes y fieles que lo conocieron durante su tiempo como obispo en Chiclayo. Durante el fenómeno de El Niño en 2019-2020, el entonces obispo recorrió comunidades afectadas, llevando víveres y apoyo a los más necesitados, un testimonio de su compromiso con la humildad y el servicio.
A lo largo de la pandemia de COVID-19, el Papa León XIV continuó su labor pastoral, bendiciendo hogares en las calles desiertas de Perú. Asimismo, se destacó por su cercanía a la comunidad, participando en celebraciones y compartiendo momentos especiales, incluso cantando con el coro de su iglesia.
En 2023, recibió la medalla de oro de Santo Toribio de Mogrovejo del Episcopado peruano, reconociendo su dedicación en el país. Al partir hacia la Santa Sede, expresó su profunda identificación con el pueblo peruano, asegurando que siempre mantendría un vínculo cercano con la comunidad del norte de Perú. La figura del Papa León XIV se perfila como un líder accesible y solidario, que busca revitalizar la misión de la Iglesia en la actualidad.