Luis R Conríquez, el reconocido cantante de corridos tumbados, se encuentra en el ojo del huracán tras ser vinculado con el brutal feminicidio de la influencer Valeria Márquez, ocurrido el 13 de mayo en su salón de belleza en Inzapopán, Jalisco. A tan solo una semana de la tragedia, las autoridades siguen sin identificar a los responsables, aunque las especulaciones no cesan.
El caso ha cobrado notoriedad no solo por la naturaleza del crimen, que fue transmitido en vivo por la víctima, sino también por la conexión que se ha hecho entre Conríquez y Márquez, quien fue modelo en uno de sus videoclips. Sin embargo, el cantante ha roto su silencio, negando cualquier vínculo más allá de una colaboración profesional puntual. “No la conocía”, afirmó, mientras se defendía de las acusaciones que circulan en redes sociales.
Las investigaciones continúan bajo el protocolo de feminicidio, con tres líneas activas, y hasta el momento han sido interrogadas unas 20 personas cercanas a la víctima. Las imágenes del sistema C5 han revelado que los presuntos atacantes escaparon en una motocicleta y un automóvil blanco, pero hasta ahora no hay detenidos. De hecho, se especula que algunas personas vinculadas a la influencer han abandonado el país por temor a represalias.
Valeria, de 23 años, había ganado reconocimiento en redes sociales y había fundado su propio salón de belleza. Su trágica muerte ha levantado una ola de indignación y ha puesto en jaque a las autoridades, que deben actuar con rapidez y rigor para esclarecer este atroz crimen. La comunidad está en vilo, pidiendo justicia mientras la investigación avanza con lentitud. La relación entre Conríquez y Márquez sigue siendo objeto de análisis, y aunque el cantante se defiende, la presión mediática no cesa. ¿Qué pasará a continuación en este drama que sacude a Jalisco y al mundo del espectáculo? La respuesta es incierta, pero la urgencia de esclarecimiento es innegable.