En un giro impactante de los acontecimientos, Claudia Montes, quien fue Miss Asturias en 2017, ha denunciado públicamente el acoso laboral y los “mensajes obscenos” que recibió de Coldo García, vinculado a la contratación pública y a José Luis Ábalos, exministro de Transportes. Durante su declaración ante el magistrado Leopoldo Puente, Montes reveló que su ingreso en LIRAIL, una empresa del Ministerio de Transportes, fue facilitado por García a instancias de Ábalos.
La exreina de belleza, que compareció por videoconferencia, desmintió cualquier relación sentimental con Ábalos, pero no pudo contener su nerviosismo mientras describía las presiones y el acoso que sufrió durante su tiempo en la empresa. Fuentes jurídicas han confirmado que la Guardia Civil ha incautado mensajes de García que corroboran las acusaciones de Montes. “Esto me ha destrozado la vida”, declaró, enfatizando que el escándalo ha dificultado su búsqueda de empleo y la ha dejado señalada en su comunidad.
La comparecencia de Montes se produce en medio de un escándalo mayor que sacude las estructuras de poder en el entorno político español. La claridad de sus declaraciones y la gravedad de las acusaciones contra figuras públicas como Ábalos y García han encendido la indignación social. Montes, a pesar de su situación, admitió que sabía sobre su enchufe en la empresa pública, lo que añade una capa de complejidad a su testimonio.
El magistrado Puente había citado a Montes tras su aparición en informes de la Guardia Civil, y su testimonio se alza como un grito de alerta en un caso que continúa desarrollándose. La presión pública y mediática sobre este escándalo no muestra signos de disminuir, y la sociedad espera respuestas contundentes de las autoridades. La historia de Claudia Montes es un recordatorio escalofriante de las sombras que aún persisten en el ámbito laboral y político.