El merengue dominicano está de luto tras la reciente muerte de Rubby Pérez, un ícono del género que dejó una huella indeleble en la música latina. A solo seis días de su fallecimiento, su hijo oculto, Carlos Rafael Pimentel, ha decidido romper el silencio y compartir verdades ocultas sobre la vida del artista que muchos admiraron pero pocos conocieron en su totalidad.
Carlos, quien se identificó como el hijo que Rubby nunca reconoció públicamente, reveló detalles íntimos de la vida de su padre en un emotivo relato. La historia trasciende la fama y el éxito, adentrándose en un mundo de dolor, redención y secretos. Rubby, cuyo verdadero nombre era Roberto Antonio Pérez Herrera, enfrentó una tragedia en su juventud que lo apartó del béisbol, su primer amor. Un accidente automovilístico a los 15 años lo dejó inmovilizado y le costó años de rehabilitación. Sin embargo, fue en ese oscuro momento donde la música emergió como su salvación.
Carlos destacó cómo la vida de Rubby estuvo marcada por la lucha y el sacrificio. A pesar de las dificultades económicas y la presión de la industria musical, su padre logró convertirse en una leyenda del merengue. La voz poderosa que resonó en escenarios internacionales no solo fue producto del talento, sino también de un camino lleno de sacrificios, incluyendo la crianza de siete hijos y la pérdida de seres queridos, como su esposa Inés, quien falleció en 2022.
El testimonio de Carlos no solo busca honrar la memoria de su padre, sino también ofrecer una perspectiva más humana de la figura pública que millones aclamaron. En sus palabras, Rubby Pérez fue más que un artista; fue un hombre con cicatrices profundas y una historia de amor y pérdida. La música fue su refugio y, a pesar de las adversidades, su legado perdurará en cada nota que dejó grabada. La historia de Rubby Pérez es, sin duda, un relato de pasión y resiliencia que merece ser recordado.