Miguel Uribe Turbay, el precandidato presidencial y senador, se encuentra en estado crítico tras 18 noches en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Santa Fe. La situación es alarmante, ya que su pronóstico neurológico es reservado, y su familia sigue esperando noticias con desesperación.
En un reciente comunicado, la clínica informó que Uribe ha recibido procedimientos vitales como traqueostomía y gastrostomía, fundamentales para su tratamiento en esta nueva fase subaguda. A pesar de los esfuerzos médicos, su condición sigue siendo grave, y el monitoreo de sus constantes vitales es constante.
Fuera de la clínica, un mar de apoyo se ha congregado, con cientos de personas uniendo sus voces en oración, manteniendo la esperanza viva en medio de la incertidumbre. La esposa de Uribe, María Claudia Tarazona, y otros familiares han estado presentes, compartiendo momentos de fe y solidaridad con quienes llegan a ofrecer su apoyo.
El abogado de la familia, Víctor Mosquera, fue el único que se pronunció en las últimas horas, reiterando la necesidad de mantener la fe intacta. La comunidad está en vigilia, esperando cualquier actualización sobre el estado de salud del político, mientras la Fundación Santa Fe promete informar sobre cambios clínicos relevantes.
La angustia y la esperanza se entrelazan en este momento crítico. La situación de Miguel Uribe es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la fuerza de la comunidad en tiempos de crisis. La espera continúa, y cada minuto es crucial. Las oraciones resuenan en el aire, mientras el país observa con atención el desenlace de esta dramática historia.