En un giro explosivo en la investigación del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, se ha revelado que uno de los presuntos cabecillas del complot, conocido como alias “el Costeño”, podría haber abandonado el país. La Fiscalía está tras la pista de este criminal, mientras que alias “Gabriela”, capturada en Caquetá, ha comenzado a soltar información clave que apunta a una conexión directa con disidencias guerrilleras.
Durante su primera audiencia, “Gabriela” confesó que su cómplice le prometió protección de la guerrilla en Florencia, donde se cree que su fuga estaba planificada. La policía ha intensificado su búsqueda, con más de 180 investigadores trabajando incansablemente para dar con los autores intelectuales del ataque.
Los testimonios apuntan a que el atentado estaba orquestado por la Segunda Marquetalia, liderada por el sanguinario Iván Márquez. “Gabriela” ha declarado que el plan era eliminar a todos los involucrados en el crimen, incluido ella misma, para evitar que hablasen. La situación es crítica, ya que los investigadores creen que la guerrilla estaba dispuesta a entrenar a los atacantes en el uso de drones y tácticas de francotirador.
El director de la Policía, General Triana, ha asegurado que los responsables materiales del atentado ya están bajo custodia y que la búsqueda de los autores intelectuales está en marcha. La presión es alta, y la urgencia de capturar a “el Costeño” antes de que logre escapar a Ecuador o Venezuela es palpable.
Este caso no solo pone en jaque la seguridad del senador Uribe, sino que también revela la complejidad de las redes criminales que operan en Colombia. La situación es tensa y cada minuto cuenta en la lucha por desmantelar este peligroso entramado. Las autoridades están decididas a actuar rápidamente, pero el reloj avanza y la amenaza permanece latente.