En un giro impactante de los acontecimientos, Katerine Andrea Martínez, una joven de 19 años, ha sido capturada en Florencia, Caquetá, tras estar vinculada con el atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe. Las autoridades revelan que la mujer, supuestamente, habría recibido 100 millones de pesos por su participación en este acto criminal, lo que la sitúa en el centro de una trama de violencia política que tiene en vilo al país.
La captura se produjo gracias a una compleja operación de infiltración. Martínez fue engañada por una investigadora que logró ganarse su confianza, incluso compartiendo una cerveza en un bar local. Este movimiento estratégico permitió a la policía arrestarla en un lugar donde se creía a salvo, en medio de un entorno controlado por grupos armados ilegales.
Las investigaciones apuntan a que Martínez tenía conexiones directas con alias “el Costeño”, un individuo presuntamente involucrado en la planificación del atentado. La captura de Katerine no solo es crucial para desmantelar esta red delictiva, sino que también arroja luz sobre el oscuro mundo del narcotráfico y la violencia en Colombia.
El estado de salud de Miguel Uribe, quien se encuentra en condiciones críticas tras el ataque, añade un sentido de urgencia a esta situación. La Fiscalía y la Policía Nacional continúan trabajando arduamente para desentrañar todos los hilos de esta peligrosa conspiración. Mientras tanto, el país observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos y espera justicia para las víctimas de esta ola de violencia.
Katerine Andrea enfrenta cargos graves, incluyendo homicidio en grado de tentativa y porte ilegal de armas. La fiscalía busca desentrañar la red criminal detrás del atentado y, a medida que avanza la investigación, se espera que caiga todo el peso de la ley sobre quienes intentaron silenciar a uno de los líderes políticos más destacados del país.