La nieta de Elvis, Riley Keough, revela los secretos del piso superior de Graceland.


**Riley Keough Desvela los Secretos del Piso Superior de Graceland: Un Vistazo Íntimo a la Vida de Elvis**

En un impactante giro de los acontecimientos, Riley Keough, la nieta de Elvis Presley, ha decidido abrir la puerta de uno de los secretos mejor guardados de Graceland: el segundo piso de la mansión, un espacio que ha permanecido cerrado al público durante más de 40 años. En una reveladora entrevista, Riley comparte detalles íntimos y conmovedores sobre el lugar donde el Rey del Rock vivió sus momentos más personales, un refugio que revela al hombre detrás del mito.

Desde su compra en 1957, Graceland no solo fue el hogar de Elvis, sino su santuario. Mientras los fanáticos se agolpan en la planta baja, el segundo piso ha permanecido como una cápsula del tiempo, intacto desde la trágica muerte de Elvis el 16 de agosto de 1977. Riley describe la atmósfera del piso superior como un lugar donde Elvis se retiraba del mundo, un espacio donde podía ser simplemente él mismo, lejos de la mirada pública.

El estudio de grabación personal de Elvis, donde compuso algunos de sus últimos éxitos, se encuentra en este piso. Riley revela que, a pesar de la fama, el lugar estaba lleno de objetos personales: cuadernos con garabatos, cartas no enviadas y una Biblia desgastada, que muestran un lado vulnerable del ícono musical. “Era el único lugar que se sentía real”, confiesa.

La decisión de mantener el segundo piso cerrado no se basó en el deseo de ocultar, sino en la necesidad de proteger los recuerdos y emociones que allí residen. “A veces, las historias más impactantes no necesitan ser vistas, solo escuchadas”, dice Riley, quien siente que ahora es el momento de compartir su legado sin convertirlo en un espectáculo.

Con la reciente muerte de Lisa Marie Presley, Riley se ha convertido en la guardiana de Graceland y su historia, y aunque el misterio de la vida de Elvis sigue vivo, ella se niega a abrir el segundo piso al público. “Algunas cosas son demasiado sagradas para ser exhibidas”, afirma, dejando a los fanáticos con más preguntas que respuestas sobre el Rey del Rock y su vida privada. Graceland sigue siendo un lugar de peregrinación, un recordatorio de que, a pesar de su estatus de leyenda, Elvis Presley fue, ante todo, un ser humano.