El Festival de la Canción de Eurovisión 2025, celebrado la noche del sábado, se ha visto empañado por controversias políticas que han desviado la atención de la música, un hecho que ha generado reacciones mixtas entre los espectadores. Austria se coronó como ganadora con el cantante JJ, quien previamente participó en “The Voice” en el Reino Unido. Sin embargo, el evento también estuvo marcado por la destacada actuación de Israel, que atrajo tanto el apoyo del público como la controversia que envolvió su presentación.
Durante la competencia, un grupo de tres manifestantes fue detenido por intentar interrumpir la actuación del cantante israelí Uval Raphael. Este incidente ha suscitado un debate sobre la política en Eurovisión, con muchos críticos argumentando que se debería enfocar más en la música que en las declaraciones políticas. La Unión Europea de Radiodifusión (EBU), organizadora del evento, defendió la inclusión de Israel, afirmando que Eurovisión no es un evento político. No obstante, la votación pública favoreció significativamente a Israel, lo que llevó a algunos a cuestionar la postura de la EBU.
El comentarista de la BBC, Graeme Norton, también enfrentó críticas por no mencionar el trasfondo trágico que inspiró la actuación de Raphael, quien es sobreviviente de los ataques de Hamas del 7 de octubre. Este contexto ha añadido una capa de complejidad a la discusión sobre la competencia, donde el enfoque en la música se ha visto eclipsado por las tensiones políticas.
A pesar de las victorias artísticas de Austria e Israel, la noche fue testigo de un creciente descontento entre los aficionados que sienten que el festival se ha desviado de sus raíces musicales. La intersección entre arte y política en Eurovisión sigue siendo un tema candente, y el público espera que futuras ediciones puedan restablecer el equilibrio entre las actuaciones musicales y las declaraciones sociales.