HACE 1 MINUTO: Ashton Kutcher acaba de confirmar que los rumores sobre Diddy eran ciertos.


Ashton Kutcher, el rostro amigable de Hollywood, se ha convertido en el testigo clave en un escándalo que sacude los cimientos de la industria del entretenimiento. En un giro inesperado, el actor ha confirmado que los rumores sobre Sean “Diddy” Combs son ciertos, al testificar en un juicio federal que ha captado la atención mundial. Acusado de delitos graves, incluyendo tráfico sexual y crimen organizado, Combs enfrenta más de 150 denuncias de víctimas, algunas de las cuales eran menores de edad.

El juicio, que comenzó el 5 de mayo de 2025 en Nueva York, ha revelado un oscuro entramado de fiestas exclusivas, contratos de silencio y comportamientos inaceptables que han permanecido en la sombra durante años. Kutcher, al ser llamado al estrado, se vio obligado a confrontar su pasado y su relación con Combs, proporcionando detalles sobre las fiestas donde presenció actos perturbadores que ahora son objeto de investigación.

Lo que alguna vez fueron eventos glamorosos se han transformado en escenarios de abuso y manipulación. Durante su testimonio, Kutcher recordó la “White Party” de 2009, donde su participación se convirtió en evidencia crucial. Un video de esa noche mostró al actor interactuando en un ambiente que ahora se examina bajo la lupa de la justicia. Además, una grabación de 2013 revela su incomodidad en estas fiestas, donde sus palabras, “Esto no se siente bien, algo está mal aquí”, resuenan con una inquietante claridad.

La imagen pública de Kutcher ha cambiado drásticamente, pasando de ser un ícono de la comedia a un testigo clave en un caso que expone la cultura del silencio en Hollywood. Mientras el juicio avanza, las repercusiones de su testimonio se sienten en su vida personal y profesional, planteando preguntas sobre la responsabilidad de quienes han sido cómplices, incluso de manera indirecta, en un sistema que ha permitido que el abuso prospere. La revelación de Kutcher no solo marca un hito en su carrera, sino que también podría ser el catalizador para un cambio necesario en la industria del entretenimiento.