El increíble nuevo estilo de conducción de Lewis Hamilton con el SF-25 está revolucionando el mundo de la F1.


Lewis Hamilton ha desafiado las normas de la Fórmula 1 con un cambio radical en su estilo de conducción que ha dejado a todos boquiabiertos. Tras años de dominio en Mercedes, el piloto británico ha dado un giro inesperado al unirse a Ferrari, transformando no solo su técnica, sino también su mentalidad. Este cambio no es simplemente estético; es una reinvención total que ha hecho que los ingenieros de carrera se pregunten: “¿Es este realmente Lewis?”.

La temporada comenzó con desafíos para Hamilton, quien luchaba por encontrar su ritmo con el SF-25. Sin embargo, todo cambió en el Gran Premio de Bahréin. Aunque un quinto puesto puede parecer un resultado modesto, para Hamilton y Ferrari, fue un hito crucial. En Bahréin, el piloto finalmente sintió una conexión con el coche, marcando un punto de inflexión en su adaptación. “Fue un fin de semana de aprendizaje masivo”, dijo Hamilton, reflejando su enfoque renovado.

El cambio más significativo radica en su técnica de conducción. Hamilton ha tenido que adaptarse a un nuevo sistema de frenos y a un estilo de frenado que nunca había utilizado antes. Este proceso no es simplemente un ajuste; es un cambio de mentalidad. En lugar de intentar forzar el SF-25 a su voluntad, ha comenzado a entender sus necesidades, colaborando con el coche en lugar de luchar contra él.

Este enfoque ha sido aclamado por el director del equipo Ferrari, Fred Vasseur, quien destacó la flexibilidad y apertura de Hamilton, un rasgo poco común en un piloto de su nivel. Con Hamilton y Charles Leclerc trabajando juntos, Ferrari ha encontrado una nueva dinámica que podría reavivar su competitividad en la pista.

Lo que está en juego es monumental. Si Hamilton continúa afinando su conexión con el SF-25, podría desatar un potencial inexplorado que cambiaría el rumbo de la temporada 2025. La F1 nunca ha sido tan impredecible, y con Hamilton evolucionando, el mundo del automovilismo está a punto de presenciar una batalla que nadie esperaba. La pregunta es: ¿será Bahréin solo un destello de brillantez o el inicio de una resurrección épica? La respuesta podría cambiarlo todo.