**Título: La Verdadera Rivalidad Detrás de “I Love Lucy”: El Odio entre Vivian Vance y William Frawley**
Vivian Vance, la entrañable Ethel Mertz de “I Love Lucy”, ocultó un profundo desprecio hacia su compañero de reparto William Frawley, y ahora, décadas después, se revelan los motivos detrás de esta tensa relación que marcó la historia de la televisión. A pesar de la química que mostraban en pantalla, la realidad detrás de cámaras era muy diferente, y el resentimiento entre ambos actores se convirtió en un escándalo en el mundo del espectáculo.
La historia comienza con la elección de Vance como Ethel, un papel que la catapultó a la fama en 1951. Sin embargo, la diferencia de edad entre ella y Frawley, quien tenía más de 20 años que ella, fue un factor que desencadenó la animosidad. Vance, que apenas pasaba los 40, se sentía incómoda al interpretar a la esposa de un hombre que parecía ser su abuelo. “Nadie va a creer que estoy casada con ese viejo”, se dice que expresó en una ocasión, una declaración que llegó a oídos de Frawley y que encendió la chispa de un conflicto que se intensificaría con el tiempo.
La tensión se transformó en una guerra de insultos, con Frawley descalificando el talento de Vance y burlándose de ella en privado. Mientras tanto, Vance no se quedaba atrás, apodando a Frawley “el viejo gordo Freddy” y lanzando comentarios mordaces sobre su apariencia. A pesar de que ambos mantenían una fachada profesional durante las grabaciones, el ambiente en el set se tornó hostil, y los productores incluso comenzaron a incluir líneas que reflejaban sus verdaderas fricciones en la comedia.
A medida que “I Love Lucy” alcanzaba el estrellato, la rivalidad entre Vance y Frawley se convirtió en parte del folklore televisivo. A pesar de su éxito compartido, la relación entre los dos actores nunca mejoró. Después de la serie, cuando se discutió la posibilidad de un spin-off centrado en Ethel y Fred, Vance rechazó la idea de inmediato, lo que provocó la furia de Frawley. Para él, el rechazo no era solo una cuestión profesional, sino una ofensa personal que nunca perdonaría.
Los rumores sobre su enemistad persistieron incluso después de la muerte de Frawley en 1966. Se cuenta que, al enterarse de la noticia, Vance levantó su copa y brindó con champán, una anécdota que, aunque cuestionada, ilustra el resentimiento que aún sentía hacia su antiguo compañero. A lo largo de los años, su rivalidad se convirtió en un tema recurrente de conversación en la industria, dejando a los fanáticos preguntándose cómo dos actores que parecían tan compatibles en pantalla podían detestarse tanto en la vida real.
La historia de Vivian Vance y William Frawley es un recordatorio poderoso de que detrás de las cámaras, las relaciones pueden ser tan complicadas como las tramas que interpretan. Su legado perdura no solo por las risas que brindaron al público, sino también por la intriga que su enemistad ha generado a lo largo de las décadas. Mientras los fanáticos continúan debatiendo sobre quién tenía la culpa, la verdad es que su historia es un testimonio de la complejidad del mundo del espectáculo, donde la fama a menudo oculta conflictos personales profundos.