**Título: Meghan Markle: ¿Un nuevo episodio de la “delusión ducal” en su último podcast?**
Prepárense, porque el 17 de junio se avecina otra dosis de lo que muchos han denominado “delusión ducal”. Meghan Markle ha vuelto al micrófono, esta vez en el podcast “Aspire with Emma Greedy”, donde parece estar intentando convencernos de que inventó el té de la tarde británico mientras nos presenta su imperio imaginario de productos beige y palabras de moda. Pero, ¿a qué exactamente aspira? ¿A convertirse en un vacío de marca andante sin un modelo de negocio viable?
Es difícil de creer que alguien que abandonó el Reino Unido más rápido que una cita fallida en Tinder ahora se sienta cómoda hablando de crumpets y la realeza. En el último episodio, Markle se presenta con la gracia de un niño pequeño en un brunch elegante, sosteniendo su taza de té y chocando los platos como si estuviera en un juego de sillas musicales en una fiesta de jardín real.
La ironía es palpable: la mujer que pasó apenas dos segundos en el Reino Unido ahora se presenta como la autoridad máxima en cultura británica, mientras lanza sutiles críticas a la prensa británica y a cualquiera que se atreva a cuestionar su existencia. Este episodio de “Aspire” promete ser un monólogo interminable de autoelogios y victimismo, donde Markle se presentará como “mamá trabajadora” y compartirá vagos detalles sobre logística de envío y obstáculos de la FDA.
La anfitriona, Emma Greedy, no es una simple presentadora de podcast; es una fuerza impulsora en el mundo empresarial, cofundadora de Good American junto a Khloé Kardashian y socia de Skiims. Esto plantea una pregunta crucial: ¿qué está haciendo Greedy dándole el micrófono a Markle, cuyo imperio se asemeja más a frascos de mermelada que a empresas prósperas? Es evidente que esta aparición está tan guionizada como una reunión de “Real Housewives”.
No esperen que Markle enfrente preguntas difíciles; si hay algo que evita con mayor destreza que a su propia familia, es el diálogo honesto. Es probable que secuestre la conversación, como ha hecho en cada aparición mediática anterior, convirtiendo el podcast en su habitual gira de respuestas.
El momento de este episodio no es casual: se lanza el mismo día que el Royal Ascot, uno de los eventos ecuestres más prestigiosos del año, donde la familia real está ocupada haciendo lo que hacen los verdaderos royals. Mientras tanto, Markle se encuentra en un estudio de grabación, tratando de jugar a ser una empresaria funcional, a pesar de que su marca ha prometido un relanzamiento este mes, que hasta ahora no ha ocurrido. Spoiler: todavía no hay reposición de productos.
Este no es un regreso; es una clase magistral sobre cómo socavar tu propia credibilidad mientras tomas té tibio de una manera que ni siquiera sabes hacer correctamente. Markle parece creer que un polvo de bebida y una bolsa de arpillera constituyen una vida aspiracional. Al final del día, esta mujer es un antibrand: todo lo que toca se convierte en un trágico balance de excusas, feminismo performativo y chispas de flores.
Así que preparen sus tarjetas de bingo y tómense un trago cada vez que ella mencione “empoderamiento” o “narrativa”. Nos espera otra vuelta en el carrusel de Markle. ¡Buena suerte!