Una semana después del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, el país sigue en vilo mientras las investigaciones avanzan a pasos agigantados. La noche del 7 de junio, Colombia fue sacudida por un ataque sicarial que dejó a Uribe en estado crítico, tras una cirugía neurológica y vascular en la Fundación Santa Fe. Desde entonces, la nación se ha unido en fervientes oraciones por su recuperación, con vigilias y misas que han congregado a miles de ciudadanos, desafiando incluso las inclemencias del tiempo.
En el corazón de Bogotá, la Fundación Santa Fe se ha convertido en un símbolo de esperanza. Este viernes, familiares y amigos se reunieron para elevar plegarias, mientras la comunidad se mantenía firme, iluminando el altar improvisado con velas en medio de la lluvia. “Miguel es un guerrero”, afirmaron sus seres queridos, agradeciendo a todos por el apoyo incondicional.
Las autoridades no han cesado en su labor. Hasta el momento, dos personas han sido judicializadas, incluyendo un menor que fue capturado en flagrancia y que reveló haber recibido una oferta de 20 millones de pesos para llevar a cabo el ataque. Carlos Eduardo Mora, otro implicado, enfrenta cargos graves, incluyendo la instrumentalización de menores. La Fiscalía ha asegurado que su participación en el atentado es innegable y se esperan más capturas en las próximas horas.
A medida que la investigación avanza, la seguridad en la Fundación Santa Fe se ha reforzado, con un despliegue policial visible en la entrada del centro médico. La situación sigue siendo crítica para Uribe, quien muestra signos de mejoría, pero su pronóstico neurológico sigue siendo reservado. La nación entera permanece atenta, esperando noticias que puedan traer alivio en medio de esta tragedia. ¡Fuerza, Miguel!