Un trapito blanco para Miguel Uribe: enigmático presagio de la abuela del senador antes del atentado.


En un giro escalofriante de los acontecimientos, la familia de Miguel Uribe Turbay se encuentra sumida en la angustia tras el atentado que lo dejó gravemente herido hace siete días. La situación es crítica, pero la esperanza persiste. En la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde el senador se encuentra en cuidados intensivos, un altar se ha convertido en el epicentro de oraciones y solidaridad. Su hermana, María Carolina, describe el momento desgarrador en que se enteró del ataque mientras estaba en España. “No podía creer que esto estaba sucediendo nuevamente”, relata con voz temblorosa.

La familia, unida en la fe, ha encontrado consuelo en los pequeños milagros que se han presentado desde el atentado. Los últimos partes médicos indican una leve mejoría en la condición de Miguel, lo que ha encendido la esperanza de sus seres queridos y de un país que reza por su recuperación. La devoción a San Charbel, un santo maronita, ha cobrado fuerza, y su médico, el Dr. Hakim, comparte esta fe, lo que añade una capa de esperanza en medio de la desesperación.

Sin embargo, lo que ha dejado a todos atónitos es una revelación de su abuela, Doña Nidia, quien antes del atentado, pronunció palabras inquietantes: “Hay que ponerle un trapito blanco en la cabeza a Miguel”. Esta frase ha sido interpretada como un presagio, intensificando la conexión espiritual entre la familia y lo que están viviendo. Con 94 años, Doña Nidia es la matriarca que ha sembrado solidaridad en Colombia, y su estado de salud se ve afectado por la tragedia que vive su familia.

Mientras el país se une en oración, la familia Uribe Turbay se aferra a la fe y la esperanza en un milagro, esperando que la historia de Miguel no termine en tragedia, sino que se convierta en un símbolo de resiliencia y unidad en tiempos oscuros.