Un joven sicario se declaró inocente en su audiencia de imputación de cargos por el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. A pesar de las graves acusaciones, Héctor Rojas, el acusado, busca un principio de oportunidad, revelando que le ofrecieron 20 millones de pesos para llevar a cabo el crimen. Esta impactante confesión ha dejado a las autoridades con más preguntas que respuestas.
El sicario, quien ya tiene antecedentes por complicidad en homicidio y hurto, fue trasladado al búnker de la Fiscalía, donde permanecerá bajo estricta custodia tras ser herido en una pierna. La situación se complica aún más, ya que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ha expresado su incapacidad para garantizar su seguridad.
Durante la audiencia, el joven no solo rechazó los cargos, sino que insinuó que podría convertirse en testigo clave para la Fiscalía. Sin embargo, la falta de su celular, que podría contener información crucial sobre los autores intelectuales del atentado, plantea serias dudas sobre su colaboración. El presidente Gustavo Petro ha señalado que el sicario llegó en moto al lugar del ataque, pero ahora se investiga la ubicación de esa motocicleta y su conductor.
Las preguntas son apremiantes: ¿Quién está detrás de este intento de asesinato? ¿Qué información vital posee el sicario que podría identificar a los responsables? Los abogados de la familia Uribe Turbay han exigido que la Fiscalía agote todos los recursos legales para esclarecer el caso. Mientras tanto, la investigación ha sido asumida por la Fiscalía Penal Militar debido a la posible implicación de policías activos en el esquema de seguridad del candidato.
La tensión crece a medida que la justicia busca respuestas y la seguridad del precandidato está en juego. El tiempo corre y la verdad detrás de este atentado debe salir a la luz.