La reina Sofía enciende alarmas por su salud tras revelarse lo peor por su hermana Irene de Grecia. La preocupación crece en el Palacio de la Zarzuela, ya que la salud de la princesa Irene se ha deteriorado drásticamente, lo que ha llevado a la reina madre a enfrentar una crisis emocional devastadora. Según fuentes cercanas, se estarían preparando discretamente los detalles para el futuro entierro de Irene en Atenas, junto a su hermano, el rey Constantino, fallecido en enero de 2023.
A sus 85 años, la reina Sofía está sufriendo episodios de descompensación por presión arterial, y aunque sus médicos aseguran que su situación está bajo control, la carga emocional que enfrenta es abrumadora. Desde 1981, Irene ha sido su compañera inseparable en el Palacio, convirtiéndose en el pilar emocional la una de la otra. El deterioro de Irene no solo afecta a la reina, sino que también impacta la imagen de la familia real en un momento crítico.
La última aparición pública de Irene fue en la boda de su sobrino Nicolás en febrero, donde se mostró visiblemente frágil en silla de ruedas, un claro indicio de su delicada salud. Con la situación empeorando y los rumores sobre su posible fallecimiento aumentando, la reina Sofía se encuentra en una encrucijada emocional. El rey Felipe VI, informado de cada detalle, también está profundamente afectado, consciente del dolor que esta situación representa para su madre.
La historia de amor fraternal entre Sofía e Irene es única en la realeza, y muchos temen que la pérdida de Irene cambie irremediablemente a la reina Sofía. La casa real enfrenta un dilema: ¿debería hacer una declaración pública para calmar los rumores o mantener el silencio por respeto a la privacidad? Lo que está sucediendo en la Zarzuela es un momento humano, fuerte y trágicamente inevitable.