Un joven sicario, implicado en el atentado contra el político Miguel Uribe, busca un preacuerdo con la justicia mientras se encuentra bajo la protección de testigos. La situación se intensifica a medida que el joven comienza a colaborar, proporcionando información crucial que podría desmantelar redes criminales. Este desarrollo se produce tras un violento ataque que dejó a Uribe gravemente herido y conmocionó al país.
Según fuentes cercanas al caso, el sicario, que sufrió una herida en la pierna durante su intento de fuga, se encuentra asustado y confundido en el búnker de la fiscalía, donde permanecerá por cinco meses mientras colabora con las autoridades. Su cambio de defensor público se debió a la obstrucción de su anterior abogado, quien no permitía el acceso a fiscales y defensores del pueblo. Ahora, con un nuevo defensor, el joven busca declararse inocente, aunque las pruebas en su contra, incluidos videos del ataque, son abrumadoras.
La colaboración del sicario también incluye información sobre la compra de la pistola utilizada en el atentado, que se rastrea hasta Arizona, lo que podría conducir a la identificación de otros involucrados en la trama. Las autoridades estadounidenses, en coordinación con la fiscalía colombiana, están investigando cómo el arma llegó al país.
Este caso ha generado un fuerte debate político en Colombia, con figuras como Paloma Valencia pidiendo la suspensión de campañas electorales ante la normalización de la violencia. La urgencia de la situación es palpable, y la comunidad está atenta a cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos días. La búsqueda de justicia y la desarticulación de las redes criminales son más cruciales que nunca en este contexto de creciente violencia.