En un giro alarmante de los acontecimientos, la Unidad Nacional de Protección (UNP) ha admitido fallas críticas en el esquema de seguridad del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue víctima de un atentado el pasado sábado. El director de la UNP, Augusto Rodríguez, confirmó que el número de escoltas asignados al senador se redujo drásticamente de siete a solo tres en un momento crucial, lo que ha generado una ola de indignación y cuestionamientos de varios sectores políticos, especialmente del Centro Democrático.
Rodríguez explicó que los escoltas estaban en una actividad política hasta las tres de la madrugada del sábado y, tras el evento, se retiraron a descansar, dejando solo a tres agentes de la UNP. Esta decisión ha sido calificada de “inexplicable” por el presidente Gustavo Petro, quien se mostró preocupado por la seguridad del senador. La situación se complica aún más con la apertura de una investigación disciplinaria por parte de la Procuraduría, que busca esclarecer las responsabilidades en este fallo de protección.
En medio de un consejo de seguridad en la Casa de Nariño, Rodríguez se enfrenta a presiones crecientes para renunciar ante las críticas sobre la falta de protección adecuada. Sin embargo, ha declarado que solo dejaría su cargo si el presidente se lo exige. Mientras tanto, se espera que el gobierno nacional emita anuncios urgentes sobre las medidas a tomar tras este incidente que pone en jaque la seguridad de figuras políticas en el país.
La comunidad política y los ciudadanos permanecen en estado de alerta, preguntándose cómo pudo ocurrir tal desprotección en un momento tan crítico. La seguridad de los líderes políticos se encuentra en el centro de un debate urgente que requiere respuestas rápidas y efectivas. La situación sigue desarrollándose y todos los ojos están puestos en las próximas decisiones del gobierno.