**Atentado a Miguel Uribe Turbay: ¿Fallo de seguridad o algo más?**
Un atentado devastador contra el precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay ha sacudido al país, dejando a todos en estado de shock. El ataque se produjo durante un evento en el barrio Modelia, Bogotá, donde Uribe fue impactado por tres disparos, dos de ellos en la cabeza. Este ataque, presuntamente perpetrado por un joven de 14 años, ha levantado una serie de interrogantes sobre la seguridad de los candidatos políticos en Colombia.
El incidente ocurrió en un parque conocido como “el golfito”, donde Uribe, nieto del expresidente Turbay, se encontraba dirigiéndose a una pequeña multitud. A tan solo dos metros de distancia, el atacante disparó con una pistola Glock, un arma de uso restringido que plantea serias dudas sobre cómo un menor pudo acceder a ella. Las imágenes y testimonios de testigos revelan que el agresor se mezcló entre la audiencia, lo que ha llevado a cuestionar la eficacia del esquema de seguridad que acompañaba a Uribe, que contaba con un limitado número de escoltas.
La gravedad de la situación ha suscitado reacciones inmediatas de la clase política. El presidente Gustavo Petro ha prometido una investigación exhaustiva sobre el ataque y la seguridad de los candidatos. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. Muchos se preguntan cómo fue posible que un candidato con la relevancia de Uribe no contara con un nivel de protección adecuado ante un escenario tan peligroso.
El estado de salud de Uribe es crítico, y su recuperación es incierta, lo que ha generado una oleada de solidaridad y preocupación. La polarización política en Colombia se intensifica, y este ataque se suma a una larga lista de violencia que ha marcado la historia reciente del país. Las preguntas sobre la seguridad de los políticos y la protección de la democracia se vuelven más urgentes que nunca. La nación observa con atención, esperando respuestas y acciones que garanticen la seguridad de quienes se atreven a soñar con liderar.